En el hospital de campaña me aficioné al laúdano, las botellas cayeron una tras otra como fruta madura. Tal como vi caer uno tras otro a mis compañeros en la campaña del Somme. Recuerdo como las granadas, sazonadas, restallaban en miríada, llevándose tras aquellas columnas infernales de tierra, sangre y humo miles de almas en aquel fatídico primero de julio que jamás olvidaré.
Como en la fruta madura vi gusanos alimentarse de la carne podrida de los heridos y los muertos. Pero son los rostros deformados por la muerte, la locura y la barbarie los que me atormentan cada noche… Y son sus gritos los que acalla el opio, la pierna hace tiempo es un mero fantasma…
–¡A ver, abuelo! ¡No cuadran las fechas! La batalla del Somme fue en la primera gran guerra… y tu naciste el treinta y tres… Ah, …no fastidies. ¿Has vuelto a engancharte a la consola? Y ese laúdano del que hablas… ¡Mierda, el ron añejo de papa! ¡Te lo has trincado todo!
–Chico, esos juegos son tan realistas… y claro mi cabeza ya no está a lo que celebra.
–Al menos la pierna está en su sitio.
–¡Ay, qué alegría, pues me veía cojo!
Simplemente, PER-FEC-TO. Continúa así. Pronto serás un best-seller ;-)
ResponderEliminarYo más que querer ser un best-seller quiero ser millonario
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