lunes, 22 de octubre de 2012

Futuro imperfecto


La risa un poco ronca y una barba que siempre pincha, así recuerdo a mi padre. Muchas veces, cuando todavía le miraba desde abajo solía imaginar de forma casi obsesiva que esa leve ronquera se convertía en un cáncer que habría de llevárselo de nuestro lado. Entonces era cuando mis ojos se perdían en la nube de humo de pipa y allí veía a madre arrodillada con el corazón aún tibio, arrancado a gritos de su pecho sobre la tumba de su esposo.

Siempre tuve el don de anticipar mis frustraciones, hasta tal punto que aunque nada sucede tal como he pergeñado, soy, seré siempre esclavo de un futuro imperfecto.

4 comentarios:

  1. "el corazón aún tibio, arrancado a gritos de su pecho..." A-CO-JO-NAN-TE.

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  2. No es para tanto, sólo le dolió un momento.

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  3. Es muy bonito. Mucho. No te quites mérito. Al César, lo que es del César.

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